6 LECCIONES
PARA CONTROLAR LA IRA
“2 Pero Eliú
hijo de Baraquel, que era buzita y de la familia de Ram, se levantó temblando
de ira en contra de Job porque éste se creía más justo que Dios.
3 También se
enojó con los tres amigos, porque habían condenado a Job pero no habían sabido
responderle.
4 Como los
amigos de Job eran mayores que él, Eliú había guardado silencio, 5 pero
finalmente se enojó al darse cuenta de que ellos no hallaban cómo responder, 6
y armándose de valor tomó la palabra”.
Job 32:2-6
Analizando
este texto he podido sacar 6 lecciones para el manejo y control de la ira:
1.
Tener dominio propio y no dejarme dominar por la
ira
2.
No juzgar a los demás por sus palabras y
actitudes
3.
No tomar el lugar de Dios como juez
4.
Prudencia y no herir a los demás con mis
arrebatos e impulsos
5.
Tratar con respeto a los ancianos y tener el
cuidado con las palabras que les decimos, cuidando de no ser crueles. La
corrección debe ser con amor
6.
No ser egoísta. Muchas veces yerro al expresar
lo “que yo quiero decir” sin tener reparo del prójimo. Es decir, pensar en mí
antes que en el otro.
APRENDIZAJE
En las
últimas semanas he vivido los dos lados: el herir a alguien y el ser herido por
las palabras de otros.
1.
Cuando herí.
Creo
que no deberíamos herir a nadie, pero cuando herimos a alguien que queremos
mucho el dolor es inmenso. En mi caso, el Señor me ha mostrado que en El hay
verdadero perdón, que El no me destruye ni me desprecia por mis arrebatos, al
contrario El quiere cambiar mi vida. Y entender ello, me ha dado paz y me ha
ayudado a seguir rendido para que el Señor me siga transformando.
Aprendizaje:
No herir más y pedir a Dios dominio propio y dejar que el Espíritu Santo me
controle.
2.
Cuando me hirieron.
Estoy
aprendiendo a ponerme en los zapatos del otro. Y me ayuda mucho formularme
preguntas como: ¿por qué actuó así?, ¿qué experiencia vivió que le hizo airarse
contra mí?, pensar en ello, me anima a tener misericordia por los demás.
Además,
buscando sabiduría de Dios, puedo comprender a los demás y a perdonarlos y no
juzgarlos porque Dios no lo haría conmigo.
Trabajar
esto en mi vida me sigue costando un montón porque tengo miedos (que me hieran
otra vez), pero es el Señor mi sanador y es parte de mi responsabilidad dejar
que Dios obre en mi y rendido sé que el lo hará.
Aprendizaje:
Debo perdonar de verdad, mirar a los ojos a los que me hirieron y darles un
abrazo de perdón real. Tener una actitud de unidad y restauración verdadera. Y
echar en lo profundo del mar lo que me hirieron y no recordarlos más y creo que
con la ayuda de Dios es posible.
Que Dios te
siga bendiciendo.
Un fuerte
abrazo,
PATG
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