lunes, 11 de agosto de 2014

6 lecciones para controlar la ira


6 LECCIONES PARA CONTROLAR LA IRA

“2 Pero Eliú hijo de Baraquel, que era buzita y de la familia de Ram, se levantó temblando de ira en contra de Job porque éste se creía más justo que Dios.
3 También se enojó con los tres amigos, porque habían condenado a Job pero no habían sabido responderle.
4 Como los amigos de Job eran mayores que él, Eliú había guardado silencio, 5 pero finalmente se enojó al darse cuenta de que ellos no hallaban cómo responder, 6 y armándose de valor tomó la palabra”.  Job 32:2-6

Analizando este texto he podido sacar 6 lecciones para el manejo y control de la ira:
1.       Tener dominio propio y no dejarme dominar por la ira
2.       No juzgar a los demás por sus palabras y actitudes
3.       No tomar el lugar de Dios como juez
4.       Prudencia y no herir a los demás con mis arrebatos e impulsos
5.       Tratar con respeto a los ancianos y tener el cuidado con las palabras que les decimos, cuidando de no ser crueles. La corrección debe ser con amor
6.       No ser egoísta. Muchas veces yerro al expresar lo “que yo quiero decir” sin tener reparo del prójimo. Es decir, pensar en mí antes que en el otro.

APRENDIZAJE
En las últimas semanas he vivido los dos lados: el herir a alguien y el ser herido por las palabras de otros.
1.       Cuando herí.
Creo que no deberíamos herir a nadie, pero cuando herimos a alguien que queremos mucho el dolor es inmenso. En mi caso, el Señor me ha mostrado que en El hay verdadero perdón, que El no me destruye ni me desprecia por mis arrebatos, al contrario El quiere cambiar mi vida. Y entender ello, me ha dado paz y me ha ayudado a seguir rendido para que el Señor me siga transformando.
Aprendizaje: No herir más y pedir a Dios dominio propio y dejar que el Espíritu Santo me controle.
2.       Cuando me hirieron.
Estoy aprendiendo a ponerme en los zapatos del otro. Y me ayuda mucho formularme preguntas como: ¿por qué actuó así?, ¿qué experiencia vivió que le hizo airarse contra mí?, pensar en ello, me anima a tener misericordia por los demás.
Además, buscando sabiduría de Dios, puedo comprender a los demás y a perdonarlos y no juzgarlos porque Dios no lo haría conmigo.
Trabajar esto en mi vida me sigue costando un montón porque tengo miedos (que me hieran otra vez), pero es el Señor mi sanador y es parte de mi responsabilidad dejar que Dios obre en mi y rendido sé que el lo hará.
Aprendizaje: Debo perdonar de verdad, mirar a los ojos a los que me hirieron y darles un abrazo de perdón real. Tener una actitud de unidad y restauración verdadera. Y echar en lo profundo del mar lo que me hirieron y no recordarlos más y creo que con la ayuda de Dios es posible.

Que Dios te siga bendiciendo.

Un fuerte abrazo,


PATG

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